Testimonio Lucía

CÓMO ESTOY VIVIENDO EL CONFINAMIENTO

Hola, me llamo Lucía, tengo 14 años y prácticamente el mundo entero está viviendo un tipo de guerra en el que muere mucha gente inocente por un virus llamado “Coronavirus”. Parece que es una simple palabra que, incluso, es bonita. Pero no, lo que representa esa palabra es horrible, significa muerte, enfermedad, hospitales llenos de pacientes dónde no hay ni donde ponerlos, supermercados con sus estanterías vacías, calles fantasmas, mucho miedo por lo que está sucediendo, incertidumbre y dudas sobre cuándo terminará está tragedia que dicen que sólo acaba de empezar.

Yo llevo enferma mucho tiempo y por ese motivo apenas salía de mi casa, los profesores venían a mi casa, me enseñaban y se iban. Así día tras día; se podría decir que todos los días eran iguales, pero con la compañía de mi abuela se me hacían más ameno. Por eso llevo bastante bien el no salir de casa ya que para mí no ha cambiado gran cosa. En la mayoría de los países nos han obligado a estar confinados en nuestras casas y no salir salvo que sea necesario. Si miras la palabra confinado en el diccionario, nos aparece lo siguiente “Condenada a vivir en una residencia obligatoria” ¿Les parece un castigo quedarse en nuestras residencias por la situación que estamos viviendo? A mi no. Me parece necesario, ya que, si amamos a nuestro planeta y queremos seguir viviendo en él y disfrutando de la vida, necesitamos no salir de nuestras viviendas. Creo que la única pena que se sufre es para aquellas personas que padecen las consecuencias de este virus y no pueden hacer nada al respecto o las personas que fallecen y que no pueden tener un funeral digno y sus familiares no pueden llorar su pérdida como debe de ser. Entonces digo yo… ¿Es importante nuestro compromiso de quedarnos en casa para contribuir a la no propagación de este virus?¡Sí, lo es! Por tanto, deberíamos tomarnos esta situación como unas pequeñas vacaciones en casa, en las que si eres estudiante además de estudiar y hacer deberes deberías pasar más tiempo con tu familia, escribir una lista de cosas que te apetezcan hacer y que antes, en tu día a día, no podías hacer por falta de tiempo. Tómate un respiro o simplemente no hagas nada, eso también ayuda.

¿Querrás saber qué hago yo? Pues verás, me levanto por las mañanas, desayuno con mi madre y con mi abuela, seguidamente planifico que deberes me tocan hacer, después almuerzo y veo un poco de Netflix. Por la tarde disfruto un poco de mi jardín y del sol, hago algo de deberes y a última hora toco un poco el piano y disfruto de la melodía que desprende; por la noche ceno con mi familia y me acuesto para finalmente comenzar otro día un tanto parecido.

¿Qué es lo que me ha pasado en estas casi tres semanas de confinamiento? Todo tiene su parte buena y mala. La buena es que he podido ordenar algunos cuartos junto a mi madre, he hecho varias videollamadas con mis familiares, a los cuáles echo mucho de menos. También formo parte del CAI (Ciudad Amiga de la Infancia), somos las voces de los niños y adolescentes de nuestro municipio que luchamos por los derechos de la infancia. Debido a estar enferma, me costaba mucho ir a nuestras reuniones y dejé de ir, pero ahora gracias a que nadie sale hacemos las reuniones por Skype y puedo participar activamente, lo cuál es bastante entretenido, estamos realizando vídeos para los concejales del Ayuntamiento de Puerto del Rosario para que nos informen a los niños y adolescentes cuál es su aportación ante esta situación ya que nosotros también queremos estar informados. Además, vamos a hacer vídeos para animar a que la gente se quede en casa, son actividades que son un placer hacer. También estoy practicando el piano porque como alumna de la Escuela Insular de Música voy a participar en un vídeo tocando el piano para fomentar que la gente se quede en casa.

Y algo increíble que me ha ocurrido en este confinamiento, ¡ha nacido mi primera hermana! por parte de padre, el 29 de marzo. Por un lado, estoy triste porque no la voy a poder conocer hasta que esto pase, aunque sé que es lo mejor en estos momentos y lo más seguro para todos. Por otro lado, gracias a las redes sociales he podido verla y conocerla. Es una alegría que existan estas redes sociales en estos momentos tan duros, son herramientas muy útiles que nos alivian nuestras penas en estas circunstancias. También ha sido el cumpleaños de mi madre, el 31 de marzo, en el que lo celebramos como pudimos, no fue el mejor de su vida, pero lo recordará para siempre. No teníamos velas así que le fabriqué unas con unas pegatinas de números y unas velas usadas, lo pasamos bien y nos reímos un rato. Mi cumpleaños es el 4 de abril así que me tocará vivirlo en mi casa, también lo recordaré el resto de mi vida; contaré que cumplí mis 15 años durante la gran pandemia del año 2020  en mi casa.

De lo que me he dado cuenta durante este confinamiento es de que de una manera muy rápida han salido muchas plataformas y herramientas muy útiles y prácticas para recibir clases en casa. Me gustaría reivindicar que durante tantos meses que he estado enferma no ha habido ninguna ayuda de este tipo para mí. Aparte de mí, hay muchos niños que no pueden ir a los colegios e institutos y que seguramente estas plataformas les podían haber ayudado para no perder clases e incluso no repetir cursos. Creo que a partir de ahora se podrían plantear ofrecer estos recursos a los alumnos que estén enfermos en sus domicilios y así no perder clases.

Desde que esto termine, lo primero que quiero hacer es conocer a mi hermana “Marina”, tengo muchísimas ganas de verla y de cogerla en mis brazos. También celebraré mi cumpleaños con mi familia y amigos y el de mi madre como se merece.

Finalmente, ya para concluir esta redacción, decir que fuerza, ánimo y que no es malo estar una temporada en casa. Peor es para los enfermeros y médicos que están luchando día tras días en los hospitales y que saben que poner fin a esta guerra no va a ser fácil y encima no tienen todos los medios necesarios para combatir el virus. Si todos aportamos nuestro granito de arena, volveremos a salir a la calle, nos  podremos volver a dar besos y abrazos, disfrutar del rayo de sol en nuestra cara o simplemente valorar más todo, cada paseo, el rato con los amigos, la vida en general, porque ya queda menos, pronto le pondremos fin al “Coronavirus”.

Lo único que me queda por decir es: #yomequedoencasa.

Compartir